Los riesgos del voto electrónico: La experiencia de Joaquin Sorianello

Publicado el 08/05/2023 12:05:00 en Noticias.
Author: [x][x] Zep7i | Total de votos: 6   Vote



Introducción


Este post está basado en una charla TedX-Bariloche la cuál la dió Joaquín Sorianello contando su experiencia con el voto electrónico, relacionandose ampliamente con el mundo de la ciberseguridad y hablando del por qué no es viable hasta el día de hoy su implementación.

En la actualidad, no podemos negar la influencia que la tecnología, especialmente internet, ha tenido en nuestras vidas. Desde la comodidad de resolver problemas cotidianos hasta la simplificación de nuestras tareas diarias, la tecnología ha dejado una huella profunda en nuestra sociedad. Sin embargo, a menudo pasamos por alto los efectos que tiene en nuestra vida, nuestros cuerpos y nuestros derechos. En este artículo, exploraremos los riesgos del voto electrónico a través de la experiencia personal de un programador que se encontró inmerso en este complejo mundo.

Desarrollo


La historia comienza varios años atrás, cuando el protagonista asistió a conferencias de software y tuvo discusiones sobre la seguridad de los sistemas de voto electrónico y la ética involucrada en su desarrollo. En el 2015, se enteró de una licitación para implementar este sistema en la Ciudad de Buenos Aires y comenzó a notar que se destacaban únicamente las ventajas del voto electrónico, sin mencionar los riesgos.

Antes de las elecciones, información confidencial sobre el sistema comenzó a filtrarse en internet, incluyendo manuales, videos de capacitación y el código fuente del sistema. El protagonista descubrió que existían graves fallas de seguridad en el sistema, como contraseñas débiles y claves mal protegidas. Esto generó preocupación, ya que se dieron cuenta de que cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, podía sabotear las elecciones en Buenos Aires y transmitir resultados falsos.

El protagonista decidió informar a las autoridades y a la empresa responsable, pero su advertencia fue ignorada y recibió una respuesta negativa. Esto lo llevó a experimentar miedo por las implicaciones políticas que podrían estar detrás de estas elecciones. En un giro inesperado, recibió amenazas y se vio obligado a abandonar su hogar y viajar para proteger su seguridad y la de su familia.

Durante este tiempo, el protagonista tuvo la oportunidad de colaborar con la Fundación Vía Libre, una organización dedicada a la defensa de los derechos digitales. La solidaridad y el apoyo que recibió de las redes sociales fueron fundamentales para afrontar este desafío. A través de donaciones y el acompañamiento de abogados y expertos, logró llevar adelante un proceso judicial que duró 14 meses.

Además de su experiencia personal, el protagonista menciona otro investigador que encontró fallas graves en el sistema de voto electrónico, demostrando que los problemas van más allá de su caso particular. Estas fallas permitían la manipulación de los votos a través de un celular común, lo que puso en evidencia la vulnerabilidad del sistema. A pesar de las advertencias, estas fallas no fueron solucionadas y se utilizaron en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires.

El artículo concluye destacando que contratar a investigadores para auditar los sistemas de voto electrónico no es suficiente, ya que los problemas subyacentes son mucho más profundos. Se critica la forma en que se vendió el voto electrónico en la Ciudad de Buenos Aires, resaltando que no es un sistema moderno ni garantiza la rapidez en el recuento de votos. Además, se menciona un incidente en Neuquén, una provincia vecina, puso en evidencia una de las fallas del voto electrónico. En este caso, se observó a un presidente de mesa que simplemente pasaba las boletas sin abrirlas, como si fueran productos de un supermercado. Esta acción pone en evidencia que un ataque como el descubierto por Alfredo Ortega pasaría desapercibido, ya que el sistema no verificaba la consistencia de los datos transmitidos.

Entonces, ¿realmente el voto electrónico evita el robo de boletas? La verdad es que ese no es un atributo inherente al voto electrónico en sí mismo. La provisión de boletas por parte del Estado a los votantes es lo que realmente previene el robo de boletas, independientemente del sistema de votación utilizado. La falta de boletas en las mesas de votación es un problema que se ha experimentado en muchas elecciones, y no es algo que el voto electrónico solucione automáticamente.

Ahora, profundicemos en los problemas más profundos del voto electrónico. Uno de los principales desafíos es la seguridad. La confiabilidad del sistema de votación es fundamental para garantizar la integridad de los resultados electorales. Sin embargo, el voto electrónico presenta numerosos riesgos en este aspecto.

Los expertos en seguridad informática han señalado repetidamente las vulnerabilidades del voto electrónico. Algunas de estas vulnerabilidades incluyen la posibilidad de ataques cibernéticos, manipulación de datos, suplantación de identidad, alteración de resultados y falta de transparencia en el proceso de conteo.

Además, el voto electrónico plantea serias preocupaciones sobre la privacidad del electorado. En un sistema tradicional de votación, el voto es anónimo y no se puede rastrear hasta el votante. Sin embargo, en el voto electrónico, existe el riesgo de que los votos se vinculen con los electores, lo que podría socavar el principio de secreto del sufragio.

Otro problema importante es la falta de auditabilidad. En un sistema de votación tradicional, se pueden realizar recuentos manuales de los votos en caso de disputas o sospechas de fraude. Sin embargo, en el voto electrónico, la dificultad de verificar y auditar los resultados electrónicos puede socavar la confianza en el proceso electoral.

Estos desafíos no son meras suposiciones teóricas, sino que se han evidenciado en varios casos reales. Se han documentado incidentes de hacking en sistemas de votación electrónica en diferentes partes del mundo, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la fiabilidad y la integridad de los resultados electorales.

Ante estos riesgos y preocupaciones, muchos expertos en sistemas electorales abogan por una combinación de tecnología y procedimientos tradicionales. Por ejemplo, se propone utilizar máquinas de votación electrónica con un respaldo físico en forma de boletas de papel, que puedan ser verificadas y contadas manualmente en caso de necesidad.

En conclusión, el voto electrónico plantea desafíos significativos en términos de seguridad, privacidad y auditabilidad. Si bien se promociona como una solución moderna y rápida, los riesgos asociados con el voto electrónico son demasiado grandes como para ignorarlos o minimizarlos. Es crucial abordar estos problemas de manera rigurosa antes de implementar el voto electrónico a gran escala.

Para mitigar los riesgos asociados con el voto electrónico, es necesario adoptar medidas de seguridad sólidas. Esto implica la implementación de sistemas robustos de protección cibernética, incluyendo firewalls, encriptación de datos y mecanismos de detección de intrusiones. Además, se deben realizar pruebas exhaustivas de seguridad y auditorías independientes para identificar y corregir posibles vulnerabilidades.

La transparencia también juega un papel fundamental en la confianza del voto electrónico. Los ciudadanos deben tener acceso a información clara y detallada sobre cómo funciona el sistema de votación electrónica, desde el proceso de emisión del voto hasta el conteo y la publicación de los resultados. Esto ayudará a garantizar una supervisión adecuada y a prevenir posibles manipulaciones.

Además, se debe garantizar el respeto absoluto a la privacidad del elector. Los sistemas de votación electrónica deben diseñarse de manera que los votos sean anónimos y no se pueda establecer una conexión entre el voto y el votante. Esto puede lograrse mediante técnicas de encriptación y protección de la identidad del elector.

Por otro lado, es importante mantener un respaldo físico en forma de boletas de papel. Estas boletas pueden ser utilizadas para realizar verificaciones y recuentos manuales en caso de dudas o disputas. La existencia de un respaldo físico brinda mayor confianza en el proceso y permite una verificación independiente de los resultados.

Es esencial involucrar a expertos en seguridad informática y a la sociedad civil en la evaluación y supervisión de los sistemas de votación electrónica. La colaboración entre diferentes actores, incluyendo a académicos, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos, contribuirá a identificar y abordar posibles problemas y a garantizar la integridad del proceso electoral.

Resumen


Aunque el voto electrónico ofrece ciertas ventajas en términos de eficiencia y accesibilidad, los desafíos relacionados con la seguridad, la privacidad y la auditabilidad son considerables. Antes de implementar el voto electrónico a gran escala, es fundamental abordar estos desafíos de manera exhaustiva, adoptando medidas de seguridad robustas, promoviendo la transparencia y garantizando la privacidad del electorado. Solo así podremos tener confianza en que el voto electrónico es una alternativa segura y confiable para el proceso democrático.

Pueden ver la charla en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=mVNzL0l5U3k

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